31 may 2014

Acritud

Sonaron campanas del día,
de la noche de los estipularios candentes.
Un roce promulgó la feria y desde sonismos se comulgó la vaguedad.

Es cierto:
se disuelven las trapacerías de los silencios
que en cada estrofa callan las campanas del fin de los feriantes.

Es falso:
cada vez que golpeo, millonésima pulcritud desentierra una emboscada;
y termina, da un fin a hombres desenterrándolos hasta vestirse.

23 may 2014

Los gatos

Blanco en frente de mí.
La luz entra por la derecha, a raudales, a través del cristal de dos ventanales enormes, grises, desde los cuales se pueden ver cuatro árboles, solo cuatro, maltrechos, como si alguien los hubiera expulsado del paraíso a este erial terrestre.
Dos gatos miran, tirados bajo su sombra, algo que está más allá de mi comprensión, la gravilla que hay cinco metros delante de sus narices. No hay nada salvo eso. Qué ocupa su mente es algo tan desconocido o abstracto como el vacío, para mí. Son gordos. No sé dónde encuentran el alimento, pero o es generoso o abundante en grasas, aunque tampoco el ejercicio forma parte de su modus vivendi dada su posición casi constante a lo largo del día, al menos de la parte del día que yo los veo; o quizá su morfología se deba a su perenne inacción. No lo sé. A veces desaparecen para, al poco, estar de nuevo ocupando ese espacio ya hecho a la sombra de uno de esos cuatro tilos.
Mi vida y la de ellos es así, estricta, monótona, repetitiva, abúlica.
 
Faltan desde hace ya cuatro días. No sé la razón. Me pregunto si el restaurante chino de la esquina tendrá algo que ver con ello. De cualquier forma solo puedo asegurar que la singularidad no fue un sueño sino que permitió el ascenso. Sin embargo, me pregunto, también, de qué.

 

21 may 2014

Monógrafo

Escribía todos los detalles circunscribiendo al universo entero. Temía que lo hallasen, que lo desautorizasen o que destrozaran sus escritos. Pero esas monografías, hablaban, decían y repetían las vidas de los hombres.
Sus dedos se alargaban hasta completar las variadas terminologías de peces sin acuario cercano; hundiéndose en los fangos o moviéndose en pequeños charcos. Sus dedos, aquellas falanges, revisaban una y otra vez los pluralismos de lo descripto. El solo cercenaba su imaginación al redactar, y durante los posibles desencantos, continuaba igualmente. Había figuras en esas hojas, había vida y muerte: un solaz donde poder reunirse con sus adorables páginas. Los estigmas, los ahora y después de cada arrebato cercenaban sus cualidades de directo escritor; aunque suponía cierta complicidad al redactarlos.
Y sus esfuerzos continuaron, porque él, Dios, no teme interrupciones.
Es de día y ya termina su trabajo, su menester de agrupar todo lo creado en un solo libro, en líneas horizontales donde tal vez imaginase una eternidad que arruinara lo dicho. Porque él, solo él, podía dar una infinitud con rayos de sombra ocultando los perecimientos de los mortales.

9 may 2014

Desdichas

Noches escarmentosas rumian placideces,
desde esa vez que me fui,
que volví, y me quedé,
sabiéndome partícipe de su inacabado llanto postrimero.

Pero, ¡sabré velarte, artífice de ruinas!
¡Sabré reunirme entre burbujas de metal!

Aunque tampoco sepa si esa noche conmigo
jamás,
nunca,
sufriríamos la unión fundamental.

4 may 2014

Molecular

Despidiéndome de los vacíos, más miniaturas convergen sin saberlo. Continúan diseccionando párrafos de centinelas carcomidos; los tuyos, los míos, toda la circunvalación de una partícula evaporándose.
Por fuera, por fuera y por dentro yacen los petrolíferos andamios de cuanta misericordia subyace emergiendo con claridad. Están ahí, debajo y sobre, están ahí. Y mientras andemos perspectivando los vientos, seguirán ahí; pero he notado cierta vacilación al demostrarte que también hay vacíos entre ellos. Y un molecular paradigma ofrece certidumbres donde no las hay, donde tal vez las hubiere, donde quizás el ojo tenedor de cuanta malicie sulfure, se quema deshaciendo las crisálidas de tanto abatimiento.
Por fuera, por afuera de los cuerpos y por adentro de ellos, hay vacíos de estalagmitas de cavernas de hielo de solares. Y también es nuestro el imaginoso bochorno en cuestionar las dádivas de las rencillas miniaturistas al saberlas una y unívoca, el certamen de la visión, el ánima de las vicisitudes, y los ritos de los plagiarios.
Donde no sabré de tu partícula, escaparé; me iré hacia las cavilaciones del pensar fingiendo ignorarlo y aludiéndolo con tinajas de los volúmenes siglares.

2 may 2014

El hombre de tierra

Vuela y cae, se eleva y se distancia aquel cuerpo con sus pensamientos. Sin temer los terremotos, es uno, y es todo el suelo, aquel volumen sin cara y con firmeza.
Cada uno de los transeúntes lo pisa, lo repliega y abochorna mientras él es vuelo, y es caída; es paciencia y resquemor, es sobre todo un hombre de tierra aguardando la lluvia. El sabe de consistencias, de paciencia, de tenacidad y temperamento cuando los vientos lo subestiman y llevan hasta golpear. Entonces él golpea, él agrieta, él tropieza y saca toda templanza desde los rostros hacinados en multitud de astros. Es que él sobredimensiona su abismo, su hoyo, mientras el resto subestima su caricia.
Aquel hombre de las tierras, de tierra, saldrá a aconsejarte que huyas, que desarmes y prepares los suelos donde cada vez más tormentas desaliñan.