29 ene 2010

Segunda

Llueven ascuas flameantes de un cielo que hierve sobre las cabezas raidas de un mundo poblado por personas con mortajas vestidas.

23 ene 2010

La vida

Un día, dos días, tres días, cuatro días, cinco días, seis días, siete días, una semana, dos semanas, tres semanas, cuatro semanas, un mes, dos meses, tres meses, cuatro meses, cinco meses, seis meses, siete meses, ocho meses, nueve meses, diez meses, once meses, doce meses, un año, dos años, tres años, cuatro años…, una vida. Sólo una vida.
La vida es un espacio muerto entre dos vacíos.

22 ene 2010

Círculo



Circunferencias afuera de diámetros y radios conforman la vastedad del medible amarillo. Son círculos desde su medio, desde ese punto hasta circulaciones inabarcables.
Círculos desde un círculo comienzan hasta detenerse y permitirse medición. Un círculo comienza detenible permitiéndose medible. Tal vez, el comienzo hasta darse, hasta darse hacia los hacias donde termina siendo circunferencia amarilla.
Un círculo culmina desde círculos deteniéndose y permitiéndose medible. Y afuera de sus diámetros y radios conformándose vástamente circunvalado, y con ese punto medio diseminando amarillos abarcativos.
Un círculo desde circulaciones amarilleadas lo tiñen, lo exponen siendo amarilleada círculación para remitirse adentro. Y desde su centro hacia los hacias que son todos los hastas donde circunferencias de amarillo de amarilleado de amarillento son vasta conformidad. Es conformada circunferencia afuera de diámetros y radios; un radio siendo todos mientras un diámetro, lo es.
Es circunferencia, diámetros y radios; vastas mediciones del amarillo círculo abarcándose detenido, permitido.

15 ene 2010

Cuadrado





Cuatro aristas, cuatro vértices fuera de rojos. Un color dentro de ocho partes de un cuadrado firmemente representado: aristas con vértices alrededor de rojos.
Ocho límites de un plano que es cuadro, que es símbolo, que es geometría con dos dimensiones en sí. Alto y bajo se componen, se recomponen, se disponen haciéndolo de rojiza temple sin mayor textura que su planidad.
Ocho límites de ese plano que era cuadrado, que era emblema, que era geométricamente explícito se desarrollaba. Se disponían sus ocho partes dejando la planimetría libremente hasta la construcción de esa silueta.
Ocho límites de aquel plano que es cuadro, simbolización y geometría en dos dimensiones está hecho. Está resuelto y dispuesto, construido y plenamente estabilizado donde el rojo tinte remezcla sobre su plano recuadrándolo hasta determinarlo. Hasta culminarlo y dotarlo; hasta restituirlo como resolución, disposición, construcción y establecimiento remezclándose.
Ocho límites de aquel plano lo habían hecho procurador de su propia determinación, culminación y dote; hasta determinarlo, culminarlo y dotarlo, hasta restituirlo solución remezclada con rojos en sí.
Rojos que eran un solo rojo, rojo que era todos los rojos para solución de mezclas donde vertiéndose eran tinte del cuadrado con cuatro aristas, cuatro vértices enderredor.

Por la senda de los adentros

Hay angustias que queremos apagar amagando lo perdido, huyendo, creyendo que todo es rocío. Velamos los ojos, acallamos el alma, caminamos en círculo. Todo es vacío allí, donde todo es distancia. Y en el camino desgarramos la tierra, arañamos los limos, respiramos los cienos, navegamos infiernos.

Laberinto incierto vadeado a golpes, bajo lluvia de nadas, por veredas sin dónde, abriendo puertas metálicas, repintadas, frías, con apariencia de alma.

Somos miradas de llanto, sonrisas de cuándo. Humedales. También hay margaritas, sí, pero la rosa, aun con espinas, resplandece tanto…

Círculo de incertezas ciertas. Tristeza para los siempre. Verbo de sin palabras. Negaciones inconsistentes de aquello que miramos tanto, en las níveas profundidades, alejados de lo prosaico.

El rocío refulge sólo en las claridades de los amaneceres vestidos de largo, fuera de los caminos y de los charcos, en los arriba.

Qué lentos son los cantares por los que lloramos, en los espacios irredentos, en los huecos de dentro, en los que ansiamos tanto.

12 ene 2010

Vista del olfato táctil




Ante demiurgos de sabores, se los oían. Destempladas sensibilidades se deshacían hasta rehacerse, se desoían hasta reoírse siempre vístamente álmicamente.
Ante sabor de almas, se oía, se reoía; se oían sabrosamente reoilliciones, oiciones, de aquellos demiurgos.
Delante de sabores ¡oigo! almas reoyendo, oyéndose precláricamente sabor de oídos. De audiciones, de auditivas sensaciones; y con audición en paladares.
Enfrente del sabor ¡oigo! un alma reoyéndose, oyéndose claramente con sabores para oídos.
Delante de sabores ¡oigo! demiurgos de sabores, de un sabor que se oye.
Ante sabores de un alma que era todas las almas se oía y reoía, se oían y se reoían. Reoían y oían, se reoía y oía cada sensibilidad dejando,
aislando,
desamparando otras sensaciones. Dejando, en aislación y en desamparo, dejando siempre dejando vista, olfato y tacto, dejando,
aislando,
desamparando otras sensibilidades y sensaciones.
Vista, olfato y tacto; vistas de los olfatos que táctilmente, como en aquellos demiurgos, se los oían, se los reoían.

11 ene 2010

Esperanza/desesperanza

La esperanza siempre es inferior a la realidad, de ahí la gran abundancia de fracasados; lo mejor, lo necesario, es la desesperanza, cuna de las grandes creaciones y las muertes prontas.

10 ene 2010

Ruina sedienta

Exangüe monolítico enrarecido por piezas carboníferas sin decoro yuxtapuestas precedió al revoltijo de impiedades lastimeras que desenfrenaron la sublimidad emblemática de sus dotes desdibujando perennes rostros que acordaron tramposos la puesta de inmortales regocijos entreverados por plebes bucólicas para asediar desde empotramientos caducos la frente de sus decires pero doblegados por cadavéricas sequías sólo rumió la marmórea cripta de los rechazos previsibles entre constante luto ilustre de fértil agonía porque las ruinas jamás deberán beber ni apropiar la impávida menospreciada laxitud de hombres desenmascarados que atornillan su fe


8 ene 2010

Nido volcánico



Lavas trepan senderos sobre laderas hacia,
trepa esa senda sobre ladera hacia,
sendas sobre laderas hasta reconocerse lavas.

Eran aguas de fuego,
hervor entre montañas;
eran aguas con fuegos hervorizándose dentro de huecas montañas donde hoyos agrietaban:
nido volcánico.

Lavas se reconocen sobre laderas hasta sendero,
ladera sobre senda reconoce lava.

Eran aguas en aires con fuegos, y hervores con montañosos agrietamientos:
nido volcánico,
desesperadamente hirviendo hacia desesperos hasta desesperarse en fuegos.

Espacios vacíos


Un pífano suena a hueco en un espacio desconocido, lleno de ausencias, vacío. El color ha desaparecido. Una flor de loto hiede a muerto.
Esos espacios son interludios entre lo sabido y lo presentido; pero no conducen a nada, a ningún sitio, sólo a uno mismo. Espacios vacíos, sin ruido. Vacíos. Ausentes. Sin sentido.
Y aun así oigo un zumbido, lento, frío, que perfora impenitente mi oído y me hiere en lo más íntimo.
Tal vez sea que no soy y que ni tan siquiera he sido. Tal vez sea sólo un presentido encerrado en espacios vacíos.

6 ene 2010

Atajo submarino



En la senda que nada merma cobijo despropósitos que acercan el fin mediante el inseparable medio de la prontitud minúscula para que cerquen la modesta prolongación de un camino existente para resoluto descanso pero suspirando porque se infiltre oxígeno entre carbónicas mareas acuosas que sujetan sin condición una imposible libertad que otrora permitirá el innovado paso entre vaporosas cavernas que subyugan glándulas fraternales para resurgir obliterando utopías desde este inicio que concede obstáculos en la azul sede que importa consideraciones misantrópicas que yo sabré beber y recordar cuando camine hacia el exegético exiguo de un umbral

5 ene 2010

La paloma bebió césped



Dejó la mula que el viento acorralara la esbeltez directa del unísono tartamudeo obturando un nido expuesto y sediento de burbujas de fuego sin retener ronquidos y quejidos para extremar la inicua sentencia que contuvo invisibles oraciones malhiriendo entre portones de plástico a la aguja vertedora del hálito insólito pero que recurrió al multilateral fondo verdoso para absorberlo designando la malevolencia que coartó al plumífero su inextinguible trecho de líquido para nunca sobrevolarlo espectando un fin inmemorial con hojas de seda pero indigno de un cazador que ignoraba la azarosa imparcialidad velada por menores coincidencias asiduas al fragor mal sentido de una carreta de plumas que cruzó el charco, ¿qué refleja?

4 ene 2010

Miss happypeople

Es angulosa. Se afeita. ¿Serán profundas las raíces? Tiene ya unos pelos que se notan tras el afeitado. Dejan sombra. Y, en el lunar sobra la boca, otros de considerables dimensiones que no se corta. Posee una perilla cojonuda. Nariz aguileña y algo ancha. Ausencia de carnes. Escuálida. El pelo, horrible, teñido de de naranja y oro. Bajita. Enana casi. Pantalones pitillo. Ropa de neohipy o mezcla entre hipy y heavy. No lo sé. Suéter azulón y rayas azul marino, hecho por ella -por lo mal hecho que está, deduzco-, de nudo gordo. Antiguo y gastado. Y una especie de bufanda color lila nazareno. Tiene una nuez de Adán alucinante. ¿Será un transexual? Pregunta idiota, pues es la novia -y es extraño, ya que él es un dandy- de Mr. D&G; (y es que el exceso de alcohol me hace mal elucubrar sobre idioteces e incoveniencias). Debo seguir observándola. Y a él. Hay algo extraño en esa pareja.

Nube de tijeras




Obnubilarán claridades y oscuridades. Y sus trazos, y sus cortes y hasta sus tijeretazos desde los cielos se demostrarán, afilándose, las nubes. Y al ser tijeras, y ser cortes y hasta trazos no habrán claros ni oscuridades, días ni noches: eternas instancias.
Claridad y oscuridad serán obnubiladas. Por haber un trazo sobre los cielos. Por haber un corte y hasta tijeretazo. Por haber razón obnubilante, por haber sinrazones queriendo aclarar las noches y oscurecer los días. Por haber razones entre esas nubes de sinrazones que trazarán, que cortarán, que tijeretearán ambivalencias obnubilándolas.
Claridad y oscuridad serán obnubilantes. Y sus trazos, y sus cortes y hasta sus tijeretazos harán obnubilaciones. Eternas instancias donde permanecer y quedarse. Enterarse plenamente sobre las intempestuosidades decorando día tras días tras noche tras noches instantáneamente eternismos.
Y sus trazos, y sus cortes y hasta sus tijeretazos lo hacen sobre nosotros. Sobre vos, sobre mí. Entre nosotros. Lo hacen obnubilando claridades y oscuridades al ser, por ser
nube de tijeras, por ser, al ser
trazos con cortes con tijeretazos haciéndolo en nuestro espacio. Sobre vos, sobre mí. Entre nosotros obnubilando claridades y oscuridades al ser, por ser
nube de tijeras obnubilántemente.

Mr. D&G

Mr. D&G es perfecto. Parte superior de blanco, inferior de negro. Punto arriba, lana abajo. Zapatos italianos, abrillantados, no pulidos. Semicalvo. Calva semitapada con una fuente de pelos distraída. Patillas finitas. Se conciencia, como con desgana, pero a propósito. Pose estudiada. Gafas de marca, con una funda tremenda, de diseño, a la vista. Finas, Luna Kool. Llavero de diseño con las llaves del coche, o de la moto. Llavero de D&G con las de la casa. El logotipo a la vista. Reloj de diseño. A la última, grande, de acero. Esfera negra. En la derecha. Es esquelético. Cojo. Semicojo. Hace gestos extraños con la boca. ¿Para llamar la atención? Lanza los labios hacia delante y los aprieta. Se mete el dedo en la boca. ¿A quién se lo hace? Se estudia las posiciones. Es un dandy.

3 ene 2010

Anverso



Viéndote leo principios sobre finales quebrados,
austeros;
la misma grana enalteciéndose con planos prolíficos,
mientras hay anversos olvidando sus reversos.

Viendo lectores de posturas unívocas,
y desoyendo miradas desde rótulas saliendo,
y callando vistas donde peronés introducen,
oigo,
¡oigo y reoigo!
Escuchan mis voces catastróficas ojeadas danzando delante del cuerpo sin saberse vuelto:
estropicio del anverso que, ¿olvidó su reverso?

Los griteríos resonaron, ¡y resuena la voz que recuerda!
Que acerca y ofrece,
que demuestra anversos sobre reversos cuando no hay más posturas mixtificando.

...

Se acercan imágenes tergiversadas, variadas. Desde cada presente iluso, una realidad lo destituye: desarma su apogeo. Hasta futuras realizaciones; donde idealidades devengan –coherentemente- con ilusiones posibles.
(Descreo) haber tenido consideraciones creíbles; haberlas presagiado y esparcido, es –presentemente- un despecho irrazonable contra esta continuidad de ilusionismos (descreídos). No sé acerca de mí, ni de vos: descreimientos resurgiendo con espontaneidad féretra. Hay cierta desvinculación, y cierto criterio, cierto yugo, cierto preámbulo, cierto vocerío –inalcanzablemente- entre nosotros; desde esas imágenes hacia mí; y desde mí hacia éstas: iluso vaguerío.
(Convengo –a medias (ciertamente)-), aunque descrea algunas veces altisonantes que hacen de aquellas, ya recordadas, imágenes, olvidos. Aunque convictos por lejanos, por distantes, por desacordes, por inasibles –alcanzablemente- para mí; porque al convenir, parcialmente, se desdibujan ilusiones sobre asfaltos donde caminando veo casas mirándome con ceños de esas destituciones que ven mis entrecejos viéndolas en sus paredes al caminar sobre calles realmente dibujadas. Aunque no –explícitamente- (ni corpóreamente: posiblemente) estables: rotundas: hechas: probables para ser vistas cuando nada creo ver –verídicamente-.
Pero, brevemente, apenas insinuante, casi insignificantemente, se quiebran criterios; y me devuelven a otro presente: improbable, y juzgado con antecedentes, con justificativos, con justicia que juzgará.
¿Y se desatarán los retorcimientos? ¿Y se probarán descreimientos y conveniencias aunque descrea conviniendo? No lo sabré. Ni yo ni vos, imagen.
Habrán casas mirándose mientras sus calles se asomen hasta ser dibujo sobre paredes ya diseñadas, ya planteadas. Habrá una pluralidad de ceños entre otros, y una ceja que verá su condición de no poder ver, aunque reguardará esa visión cuando descreyó y convino.
Habrá, sobre calles, un caminante que tal vez yo sea, o quizás sólo su imagen. Habrán variaciones de los objetos vistos, aunque conocidos hayan sido; desde que ese futuro se presente injuzgable por criterios de otro tiempo merecidos, y para poder ver certeramente una realidad que en los pasados habían tergiversado imágenes.
Hará la casa una puerta. Hará la pared dos ventanas. Hará la calle un camino; pero no para recorrerlo, para que lo recorra. Hará el asfalto su imagen indefiniéndonos como objetos ya sin razón dejando esa puerta con suspensivo título.


2 ene 2010

Descalza zapatilla




Caminaba;
andaba descalzo, caminaban sus pasos huellas hasta reconocerse perdidas en instantes.

Caminaban sus caminos sendas olvidadas sobre caminatas donde caminaba.
Los rastros eran memoria,
eran recuerdos del presente pasado olvidándose durante futuros:
infinitud caótica reanimándose en tiempos impredecibles con predilección subjetiva entre objetivas situaciones desconcertantes concertándola disuasiva caminata.

Andaba descalzo;
caminaba intactamente perdiéndose y conociendo rastros de pasos caminados.

Andaba, ¡anda!
¡Trepan sus huellas las escalinatas de un perfil díscolo!, inconceptual por serlo.
Camina, descalzo caminan sus cordones una zapatilla que será andada por suelos caminantes.

Divagaciones

Estoy aturdido por este incesante ruido que llena mi cabeza. No sé qué es ni de dónde proviene. Tan sólo quiero dejar de oírlo, y de sentirlo. Que salga de mí, que me abandone. La lealtad se mueve a impulsos, con movimientos espasmódicos. A veces sin sentido, como si el capricho la impulsara con su deshonesto y voluble deseo, de un lado a otro. Cielo e Infierno. Dualidad permanente. En el aquí y el ahora, en el pasado y en el futuro. Las palabras se mueven dentro de mí y carezco de poder sobre ellas. Hermosas, distintas, sin sonido a veces. Casi siempre sin sentido. Únicas. Individuales. Sólo cobran significado en raras ocasiones. Para sugerir, para decir, para ordenar. Impúdicamente o al contrario. ¿Importa? Tal vez. A mí, desde luego, no. Creo. Yo las amo, con orden o sin él, con sonido o sin él, individualizadas o formando frases. Forma. Armonía. Caos. Intento entrar en ellas, con codicia. La precipitación, siempre, es fruto de la inconsciencia. Su destino, el fracaso. Quizás por eso. La nada y el todo. Dios y el diablo. Dos, siempre dos. La eterna lucha. El movimiento constante y consciente del universo. La cualidad de la consciencia, o de la conciencia. El Ser. Me aferro a ello y quiero. Comprensión de la necesidad. Necesidad de comprender. En ello está la clave, inasible, de todo. Me quemo por dentro en una espiral de humo que trasciende el pensamiento. Oquedad. Siento la necesidad imperiosa de hacer, de ver, de sentir. Deleite. Pasión. Belleza. Oscuridad. Luz. Pureza y pecado. La búsqueda permanente. Adolece mi espíritu de algo inmarcesible. Se me niega. Ignoro la razón. Lo soporto. ¿Hasta cuándo? Pienso en ello. Mi alma se aflige. Siento su dolor como físico. A veces no puedo. Lloro. Las lágrimas se deslizan por mis mejillas como regueros de ciénagas putrefactas. Caen en un mar de agonía que no tiene fondo. Abismo infinito. Recuerdo y me niego a recordar. Abarco el pensamiento. Similitudes. Personas apareciendo en mi mente. Una calle sin límites. Un horizonte opresor. Cielos de acero. La muerte como compañera. La muerte como sistema. Los ojos que no ven. La belleza ciega. La amistad de la nada. Lo negro. Quiero ver y no ver, sentir y no sentir. Poseer. El deseo que no ceja. Envuelto ahora y ya no. Cansado por tanto. Aburrido de tanto. El camino autoimpuesto es largo. Como el día. La noche esperada. Amada por intensa, y extensa. Añorada en la luz y fuera de ella. Apartando de mí la lobreguez del brillo. La inutilidad de su asfixiante luminosidad. Imposibilidad. Ahogo. Se marchita como las hojas. Poder y no poder. Ascender. La bajeza de toda pasión. Lo excelso de ellas. Negar lo deseado. No vivir. Acaece todo tan rápido. Es tan pesado. No y a veces si. Pero cuando se niega huye. La huida como solución. Placeres que carecen de sentido o sentidos que carecen de placer. Abismo intelectual. Podredumbre. Las hojas me enseñan a morir. Me ensaño en el pensamiento. Manifiesto la duda. Me opongo a seguir. Administro las gotas de mi existencia. Lúcida. Amarga. La caída es tempestuosa. Lo niego pero la llama se apaga. No hay luz. A oscuras. Grasa animal quemada en un incensario. Objeto votivo plagado de deseos de ascensión. Innecesarios. Tal vez si, o no. La duda lo permite todo. Innecesarios por inútiles. Inútiles por inadecuados. Inadecuados por a destiempo. Rotos como el espacio. Los aromas desaparecen como los colores en volutas difuminadas en una atmósfera apenas vista ya. Apenas intuida. Caleidoscopio opaco. Ascenso y descenso de formas, de aromas, de colores y de sabores. De nuevo la dualidad. Me hablan. ¿Oigo? No escucho. Inapetencia. Estoy absorto pero no sé en qué. Lo necesario, ¿qué es? ¿Y lo innecesario? ¿El camino? ¿El que se hace poco a poco? ¿A trompicones? ¿El lento y tortuoso? ¿El rápido y sin obstáculos? Negligencia absurda de lo inadecuado. Las dos caras de Jano. La lucha infinita. Retos. Asumibles o no. Retos. Alguien que respira. Gritos. Miro a veces en su dirección. Como si el viento. Próximos. Las palabras sólo indican sonidos. Los sonidos de las palabras. El silencio de las palabras. El silencio del silencio. Atmósfera mefítica. Belleza y abyección. Los gestos de un suicida. La profanación del hecho. Belleza otra vez y otra vez más. La ira de mi niñez. Se interrumpe siempre. Sucesos enormes de la memoria. Castillos rotos. Pretensiones inútiles. Inasibilidad. Las personas se enquistan. Corazas reforzadas. Cuesta desasirse. Desapego. Y la magia. Arquitectura del espíritu. Exceso del alma. Rotura. Rotura infinita. Creación fuera de lo empírico. Ayer la negué. Día tras día tratando de evitarla. Caída. Magia. Magia y mito. Mitos creados y guardados en el interior. Imágenes del tiempo. Imágenes urdidas y sacadas como gotas. Espaciadas. Como el rocío. Terciopelo inerte. Ángulos. Esquinas que duelen al traspasarse. Ángulos rotos. Geometrías. Como líneas de ideas. Disipadas. Mitos reales o imaginarios. Casi nada es ya lo que fue. Ni aquí ni dentro. Ni allí ni fuera. Como las direcciones contrapuestas que convergen. Divergencias. Líneas que surgieron en algún momento. Separaciones. El final o el principio. ¿Quién lo sabe? ¿Quién lo intuye? Creo que nadie. El tiempo culmina todo. Lo real y lo imaginario. Siento sopor, un sopor inmenso, adusto y viejo. Camino por las sombras. Sombras del pasado. Me envuelven. Veo lo que no quiero ver. Aspiro el aroma del recuerdo y me envuelvo en él. Con deleite. Con hastío. Intento lo imposible. Quiero lo inasible. Ahogado en el tránsito. Camino por caminar. Sendas sin sentido. Opacas vías que no van a ninguna parte. Que vienen de algún lugar apenas entrevisto. ¿Vivido o recordado? ¡Quién lo sabe! Apenas me queda ya nada. Sinfonías en la mente. Notas que se me clavan como dardos. Arpones de un tiempo que creía enterrado y que surgen acerados. La música. Siempre la música. El camino y la música. La vida y la música. La palabra y la música. Oscuro epítome de la nada. Lago eterno que fluye entre mis manos. Abierto. Cerrado. Constante movimiento. El devenir de las ideas. El yugo de la materia. Atracción. Repulsión. Me acodo donde puedo y pienso. Dolido por todo y por nada. El dolor. La maldad espera en mi mente. Y la bondad. Esperanzas compartidas. Esperanza solitaria. Soledad buscada. Soledad amarga. Te niego. Reniego de lo dicho. De lo afirmado y de lo negado. Y de lo pensado. De lo entrevisto. De lo intuido. Reniego de todo. De toda una vida malvivida. De toda una vida desperdiciada. De toda la existencia. De ti, de mí y de todos. Reniego cuando aún puedo. Reniego cuando aún se me deja. Reniego ahora y siempre, por los siglos y de los siglos. Amén. Las palabras vuelven. Como siempre. Cada vez son más claras, aunque no las comprendo. Tienen significado individualmente pero no como colectivo. La locura infinita de sus formas me sublima. ¿Pueden? Intento asir su significado pero sólo crean formas. En mi mente. Dentro de ella. Reconocibles, algunas. Otras no. Crean espacios, comprendidos, apenas vislumbrados. Los comparo con los vistos. Con los vividos. Algunos. No sé. No estoy seguro. Tal vez aquella cara. Aquel cuerpo. Tal vez. No sé. Quizás. Además ¿para qué? Ahogado a lo largo del tiempo carece ahora de todo sentido. En su absoluto. Y sin embargo hay emoción. La emoción de lo que fue, o de lo que recuerdo que fue, o de lo que quiero recordar que fue, o de lo que me hubiera gustado que fuese. Creación de formas y sonidos. De espacios y de tiempos. Cada uno su propio Dios. Cada cual su amo y señor. Dominio de la mente. Dominio del recuerdo. De los recuerdos. La creación creada. Dios y sólo Dios. ¿Para qué? Para ocultar la debilidad. Para ocultar el fracaso. La creación de un Dios impostor. La no creación. El dilema. Diletante. Un ser descarriado. Agónico. Perplejo ante nada. Incapaz ante todo. Camino constantemente por lo innecesario, como un río que fluyese eterna pero intermitentemente. Con afluentes o sin ellos. El camino innecesario. La búsqueda como fin. El fin como búsqueda. Nunca se sabe que es realmente lo accesorio. Encuentro frases. Ahora que de casi todo hace ya veinte años. El tiempo como realidad suprema. Lo inmanente. ¿La idea de belleza lo es? Todo se degrada afortunada o desafortunadamente. La lógica lo explica. La razón. La razón de la sinrazón decía Don Quijote. Amargura sin límites. Desolada humanidad. Nido de cuervos. Pájaros. Aves. Augurios infernales.

1 ene 2010

Organismo accidente




Órganos se accidentan ante orgánicas apariciones. Se arman hasta desarmarse los órganos accidentalmente; se organizan armándose, pero hasta accidentarse y desaparecer cada órgano desde cada plenitud desde cada parte desde cada minucia.
Cada organismo es presunción, es intuición, es absoluto universo orgánicamente armado. Y desde presunciones desde intuiciones desde plenitudes desde partes desde minucias queda desarmado.
Desde órganos será presunciones, será intuiciones, será absolutismo universalmente organizándose armado. Y desde cada presunción, cada intuición, y cada plenitud y cada parte, minucias quedarán desarmándose.
Son los accidentes, esas premisas, esas elucubraciones, esos destellos del presente futuro. Del abismo de las destinaciones, y del fondo de las designaciones. De las premisas que son accidentes; de las elucubraciones que son accidentalmente probables. Del destello, de esos destellos del armado desarmable organismo accidente.
Cada organismo podrá ser presunción, intuición, absolutismo universal y órganon armado. Y podrá desde presuntas, desde intuiciones, podrá quedar desarmado porque
por ser accidente orgánico, enfrentan apariciones.
Por ser órgano accidente será improbable, por haber orgánicas apariciones armándose orgánicamente hasta desarmarse. Y ser organismo, ser órgano, ser órganon siempre del universal organismo organizándose inevitablemente destinalmente.